Conectividad e infraestructura, los retos de la telemedicina

Conectividad e infraestructura, los retos de la telemedicina

13 noviembre, 2020 0 Por Nicolás Contreras

Aunque la pandemia ha propiciado la aceleración de los procesos de telemedicina, aún queda un enorme reto en infraestructura.

Si bien el Gobierno Nacional ha realizado enormes esfuerzos durante los últimos meses para permitir a los colombianos trabajar y estudiar desde casa, ofreciendo alivios a las empresas de telecomunicaciones para mejorar el despliegue de nueva infraestructura, eliminar el IVA en el servicio de internet y subsidiar un buen porcentaje de conectividad para estratos 1, 2 y 3, aún hay grandes rezagos en la materia.

De acuerdo con la ministra de las TIC Karen Abudinen, a junio de este año, el país contaba con un 53% de conectividad, un grave problema para la telemedicina, también llamada Telesalud, que fue pensada inicialmente para impactar las regiones.

“En su momento, en un país como Colombia, el fundamento principal para establecer un sistema de telesalud fue garantizar la atención a larga distancia (por video o imágenes) para asegurar la prestación de los servicios de salud de manera oportuna a la población que, por razones geográficas o económicas, no pueden acceder fácilmente a un centro de salud, sobre todo en medio de la pandemia; pero, si no existe conectividad, su incidencia en el fin principal va a ser casi nulo”, explicó Karl Mutter, socio de CMS Rodríguez-Azuero.

De esta manera, para que la telemedicina se posicione como la primera opción en salud y proteja a los pacientes que no tienen necesidad de ir a un centro médico, el principal reto es la infraestructura. “Todos los involucrados con esta herramienta necesitan en uno u otro nivel, por lo menos, un celular inteligente con acceso a Internet (esto para los pacientes). Pero, para los profesionales de la salud y las instituciones médicas, se requiere la capacitación y creación de programas especiales con acceso seguro a historias clínicas y alta capacidad de procesamiento de datos para manejar documentos muy pesados como, por ejemplo, imágenes radiológicas en alta resolución”, comenta Mutter.

Hasta hace poco, la telemedicina estaba enfocada en otro tipo de contextos y pacientes. Ahora, una persona en una ciudad principal, con acceso directo a médicos y especialistas que nunca hubiera necesitado de servicios de telemedicina, es un usuario potencial. El gran desafío es que, en el contexto actual, para ciertas consultas la telemedicina es la única opción.

Adicionalmente, se requieren esfuerzos en educación y concientización para todos, pues en un tema tan sensible como la salud, la gente aun prefiere y confía en la consulta presencial.  

Sin embargo, no todo es negativo: según explica el experto, para las regiones más alejadas, la necesidad de la telemedicina no cambia con la pandemia, pero si la vuelve a hacer visible. “Es una buena oportunidad, entonces, para retomar y acelerar estos esfuerzos que lo que hacen es reforzar los servicios de salud en zonas apartadas y en zonas urbanas liberar ciertos recursos del sistema de salud”.

Ya existen algunos avances, como la flexibilización para actividades de Telesalud, temas de protección de datos personales -Ley 1581 de 2012- , temas de reglamentación de acceso y uso de los mensajes de datos, del comercio electrónico y de las firmas digitales; así como la implementación de plataformas digitales accesibles con estándares básicos de audio y video que permiten el diagnóstico y seguimiento del paciente, sin que sea necesario cumplir los estándares técnicos exigidos normalmente en el sistema, “que son necesarios, importantes, dan muestras de un buen futuro, pero no solucionan el problema de fondo”, advierte Mutter.